La Corte Suprema escuchará los argumentos relacionados con la puesta en práctica de la decisión de la corte en el 2002, Atkins v Virginia, la cual retuvo que la pena de muerte impuesta a cualquier persona con discapacidad mental, viola la octava enmienda, que protege contra toda pena de muerte que sea cruel e inusual. El juicio Brunfield v Cain reevaluará las decisiones de la corte de negar un caso Atkins.
El demandado en este juicio es Kevan Brumfield, a quien se acusa de la muerte de un oficial de policía de Lousiana, y condenado a muerte en 1995. Después del caso Atkins en el 2002, Brumfield apeló por una provisión humanitaria después de su condena con fundamento a su estado de discapacidad mental. En base a la evidencia inicial, la corte de Lousiana decidió que el acusado no tenía derecho a una audiencia Atkins. Brumfield presentó una petición habeas corpus, argumentando que una nueva audiencia le permitiría presentar nueva evidencia que obedece con la audiencia Atkins.
Un magistrado federal encontró que la evidencia adicional presentada después de la condena de hecho sugería que Brumfield tiene discapacidad mental. Por lo tanto, se decidió que Brumfield tenía derecho a una audiencia Atkins en la Corte de Apelaciones de los E.U. del Quinto Circuito.
La decisión de la Corte Suprema afectará enormemente los casos de personas condenadas a muerte que tengan discapacidad mental. Si la corte falla a favor de Brumfield, se presentarán muchos casos relacionados con Atkins. La definición de los requisitos para establecer discapacidad mental, será decidida por cada estado. Sin embargo, si el caso Brumfield tiene éxito, cada definición será cuestionada.