En el campo legal, existen diferentes maneras para caracterizar el robo. Por ejemplo, en varios estados, el robo se define como el acto de tomar algo de otra persona utilizando violencia o amenazando con el uso de esta. Si alguien toma posesión de la propiedad de otra persona sin el uso o amenaza de violencia pero por medio de dar a conocer públicamente un secreto bochornoso, se califica como extorsión. Si alguien toma posesión de la propiedad por medio de fraude, es un hurto. ¿Pero cómo se define cuando una persona pide la propiedad de otro de una manera educada?
Imagínese ir a un banco y decir lo siguiente al cajero: “Hola, vengo a su banco porque deseo que me dé algo de dinero. No tengo arma y no tengo interés en lastimar a nadie, pero le agradecería que me pasara unos miles de dólares por la ventanilla.” Esto sucedió en Israel cuando un hombre obtuvo $28,000 dólares de esta manera.
Michael Hadar visitó varios bancos donde uso la misma estrategia, pedía al cajero que pusiera el dinero en una bolsa, todo de la manera más educada. Después de recibir el dinero simplemente salía del banco.
No se puede categorizar las acciones de Michael Hadar, pero lo más seguro es que fue forzado a regresar los fondos que pidió de manera tan educada.